Retrato femenino

El dibujo nos muestra el busto de una joven con una mirada directa y penetrante hacia el espectador. La joven va vestida como una campesina italiana con su indumentaria típica romana, con capucha, camisa y corpiño. Los personajes retratados en la obra de Fabrés son siempre reales y nunca imaginarios, y probablemente se trate de una campesina como las que solían ir a la Piazza di Spagna en Roma donde los pintores las contrataban para posar como modelo.

Fabrés construye un retrato de una sólida factura, que evidencia, una vez más, un gran dominio del dibujo, y que tiene como resultado una gran veracidad. Su observación trasciende los rasgos bellos de la joven y esporádica modelo, ya que el artista es capaz de transmitirnos las percepciones de ésta, donde se mezclan en su postura y mirada a partes iguales, orgullo, serenidad o tensión digna por el hecho posar.

El retrato está firmado, fechado y dedicado a la Marquesa de Argüelles, con una inscripción en la parte superior derecha: «P.C. p. A.F./ A la Exma Señora/ Marquesa de Argüelles/ Su humilde servidor/ Antonio FABRES/ Roma 1914». La Marquesa de Argüelles era doña María Josefa Argüelles Díaz, hija única de don Ramón Argüelles Alonso. Esta aristócrata, casada con Federico Bernaldo de Quirós, otro de los apellidos ilustres de la nobleza asturiana, fue muy conocida en la sociedad española del momento y también patrocinó y se interesó por las artes.