Tarro de botica

La obra seleccionada para este mes de junio forma parte de la exposición actual de la Casa Galibern, 1000 años de cerámica catalana. Celebrando los 40 años de la Asociación Catalana de Cerámica. Se trata de un bote de farmacia muy especial por la policromía con la que está decorado, por la atribución e, incluso por la farmacia para la que fue fabricado.

El bote tiene un perfil cilíndrico, ligeramente cóncavo, con el cuello corto y ancho, y con la base anular. Está decorado en azul, morado, ocre y verde. En el cuello, muestra una decoración hecha con hojas de laurel de color verde dispuestas en forma de corona. En el cuerpo, presenta unas flores grandes de color amarillo con los estambres en ocre y unas hojas polilobuladas de color verde. Una paloma y un querubín, un ángel representado con una cabeza infantil alada sin cuerpo sobre fondo blanco, decoran el resto del bote. En el centro del bote, y en diagonal, presenta la cartela Serici crudi (seda cruda) con letra gótica.

Durante la primera mitad del siglo XVII se popularizó la vajilla policroma, con una fuerte influencia de Talavera y de centros italianos de la Liguria (Savona, Albisola) y Castel Durante. Uno de los talleres barceloneses donde se elaboró loza polícroma fue el de Lluis Castanyera, donde trabajaron escudellers (alfareros) como Onofre Rodergues, al que se atribuyen la mayoría de los botes de boticario polícromos que se han conservado de la primera mitad del siglo XVII. El bote que les presentamos está atribuido a este escudeller, sobre todo por la cenefa de laurel y las flores grandes que encontramos en muchas obras de este autor.

Este bote se hizo para la botica de Francesc Terradellas, de Manresa. Se conservan dos documentos: uno de 1624 y uno del 1625 que corresponden a dos encargos de botes hechos a dicho maestro escudeller. En total, se trataría de 200 botes grandes y 50 pequeños. De estos 250 se han conservado unos 40 hasta la actualidad.